Pese a que gran parte de su corte es hueso, la cola de cerdo puede incluirse y potenciar cualquier platillo por su gran versatilidad.
La cola de cerdo, aunque no siempre protagonista en las recetas, es un ingrediente versátil y lleno de sabor que merece más reconocimiento en la gastronomía.
Su textura gelatinosa y su capacidad para absorber los sabores de especias y condimentos la convierten en una joya culinaria que puede enriquecer desde caldos hasta platos principales. Además, su uso fomenta el aprovechamiento integral de los alimentos, un enfoque sostenible que es tendencia en la cocina actual.
De la mano de distintas culturas, la cola de cerdo ha encontrado un lugar especial en recetas tradicionales que destacan por su autenticidad. Desde guisos criollos hasta versiones más modernas en platos gourmet, este corte poco convencional ha demostrado que, con creatividad, puede ser un elemento clave en cualquier mesa. A continuación, te presentamos 10 maneras de aprovecharla:
- Caldo base para sopas: ideal para preparar caldos ricos y nutritivos, ya que su cocción lenta libera colágeno y un sabor profundo.
- Guisos tradicionales: perfecta para agregar al sancocho o estofados, aportando textura y potencia a los sabores.
- Asada al horno: con especias y hierbas, se convierte en un plato crujiente y delicioso.
- En escabeche: marinada en vinagre con especias, es un excelente aperitivo o complemento para ensaladas.
- Frita estilo chicharrón: cocida previamente y luego freída hasta que quede dorada y crocante.
- Tacos o tortillas: desmenuzada y acompañada de salsas, es una excelente opción para la comida callejera.
- Ramen: en la cocina asiática, se usa para dar cuerpo y sabor a los caldos de ramen.
- Con lentejas o frijoles: cocida junto a legumbres, mejora su sabor y textura.
- Barbacoa: ahumada o cocida al estilo BBQ, es un manjar irresistible para los amantes de las carnes.
- Gelatina natural: una vez cocida, su caldo puede utilizarse para preparar aspics o gelatinas saladas.
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TOP 5 RECETAS CON COLA DE CERDO COMO PROTAGONISTA
Este corte, asociado tradicionalmente con recetas caseras y de aprovechamiento, ha evolucionado hasta convertirse en un elemento versátil que brilla en platos tanto rústicos como gourmet, a pesar de ser, en la mayoría de las ocasiones, un ingrediente acompañante. Estas son cinco recetas que la tienen como protagonista, cada una con su toque único:
- Cola de cerdo estofada con vegetales
En esta receta, la cola se cocina a fuego lento en un caldo aromatizado con ajo, cebolla, zanahorias y especias como laurel y tomillo. El resultado es un estofado tierno y lleno de sabor, ideal para acompañar con puré de papas o arroz blanco.
- Cola de cerdo al ajillo
Una preparación sencilla y deliciosa en la que la cola de cerdo se dora y se cocina en una salsa de ajo, vino blanco y perejil fresco. Este plato destaca por su equilibrio entre lo jugoso de la carne y el sabor intenso del ajo.
- Cola de cerdo glaseada con miel y soya
Marinada en una mezcla de miel, salsa de soya, jengibre y ajo, la cola de cerdo se hornea lentamente hasta caramelizarse. Este plato combina sabores dulces y salados, siendo una opción perfecta para ocasiones especiales.
- Cola de cerdo en adobo de ají
Inspirada en la cocina mexicana, esta receta lleva la cola de cerdo a una cocción lenta en una salsa hecha con ajís secos, especias, ajo y vinagre. Se sirve con tortillas calientes, convirtiéndose en un manjar lleno de carácter.
- Cola de cerdo frita estilo crujiente
Cocida previamente y luego frita hasta que la piel esté dorada y crocante, la cola de cerdo se convierte en un plato irresistible. Se puede acompañar con salsas picantes o agridulces para potenciar su sabor.
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Otras partes del cerdo que puedes aprovechar en tu cocina
Al igual que la cola de cerdo, hay otras partes de este animal que, gracias a su textura y sabor únicos, son ideales para ser aprovechadas en la cocina.
Estas piezas suelen ser más económicas, pero su versatilidad y riqueza de sabor las convierten en ingredientes esenciales en muchas recetas. A continuación, reseñamos algunas de ellas y su uso culinario:
- Patas de cerdo: las patas de cerdo, conocidas también como manitas, son perfectas para guisos y caldos. Su alta concentración de colágeno, similar a la de la cola, ayuda a crear caldos espesos y sabrosos, además de aportar una textura gelatinosa que las hace muy apreciadas en platos como el sancocho o el mondongo.
- Orejas de cerdo: son comúnmente utilizadas en guisos, tacos o escabeches. Al igual que la cola, tienen una textura gelatinosa que las hace ideales para absorber sabores, y su piel crujiente es muy popular en platos fritos o asados.
- Costillas de cerdo: especialmente las de cerdo, son muy versátiles y se pueden preparar a la parrilla, al horno o en estofados. Con una carne tierna y un poco de grasa, se pueden glasear con diferentes salsas o marinadas, lo que las convierte en un plato delicioso para cualquier ocasión.
- Panceta de cerdo: proviene de la panza del cerdo, es ideal para ser cocinada lentamente para extraer su grasa y darle una textura crujiente. Se puede usar en guisos, sopas o como un acompañamiento para darle más sabor a platos como las habichuelas o el arroz.
- Lomo de cerdo: pieza magra y suave que se utiliza comúnmente para preparar filetes o asados. Aunque es menos gelatinosa que la cola, tiene un sabor delicado y se puede complementar con marinados y especias para un plato jugoso y tierno.

¡Ya lo sabes! El cerdo es un animal del que se puede sacar provecho a cada una de sus partes. Desde su cola hasta su hocico, este animal es rico en sabor y proteínas de todo tipo.
Fuentes: