Cocinar es una labor que requiere mucha paciencia y atención; no solo en las preparaciones que requieren cierto detalle y precisión en sus medidas, sino también requiere de cuidado y observación ya que ciertos alimentos se cocinan más rápido que otros.
Nos referimos específicamente a la paciencia y la atención, porque en ocasiones descuidamos lo que dejamos en la cocina, ya sea porque debes hacer otras preparaciones al mismo tiempo o simplemente nos distraemos y olvidamos lo que se está cocinando en el fogón y lo volvemos a recordar hasta que sentimos un desagradable olor a quemado.
Después de esta desagradable sorpresa viene lo peor, no solo ver que tu preparación se echó a perder, sino que también tu olla nueva o favorita al momento de lavarla, te va a exigir un esfuerzo extra y desaparecer todo rastro de este mal momento.
Algunos piensan que la solución inmediata, está en reemplazarla con una olla nueva o llenarnos de paciencia y aprovechar la ocasión para fortalecer los brazos frotando la olla con todo tipo de esponjilla. Tal vez sí sea la respuesta, pero en Recetas Nestlé® te daremos más opciones, con tips y consejos caseros para que esta penosa labor sea más llevadera y la puedas sacar adelante con total éxito.
¿CÓMO LIMPIAR UNA OLLA QUEMADA?
Desde unos segundos de distracción al calentar leche hasta un arroz totalmente calcinado y pegado a la olla, todas estas situaciones se deben a pequeños descuidos en la cocina, que afortunadamente no pasan a mayores pero que si nos hacen pasar un mal momento y a futuro hacen que nuestras ollas formen una capa oscura por dentro y por fuera, que por más que las lavemos, seguirán luciendo sucias y feas.
A continuación, te daremos 6 consejos para que pongas en práctica la próxima vez que tengas un ligero descuido en la cocina.
1. ESPERA A QUE LA OLLA SE ENFRÍE
Al ver nuestra olla quemada y en el fondo residuos de comida pegados y adheridos a ella, lo primero en lo que pensamos es en agregar un poco de agua y esperar por unos minutos a que se afloje y nuestra labor de lavado sea más fácil. Si la olla aún sigue caliente, lo aconsejable es agregar agua caliente con 4 o 5 gotas del detergente lavavajillas que usas habitualmente y remover la mezcla. Si no tienes de inmediato agua caliente, es mejor que esperes unos minutos a que la olla se enfríe antes de sumergirla en agua fría, de lo contrario el drástico cambio de temperatura hará que tu olla se deforme o si tiene teflón, pierda sus propiedades antiadherentes.
2. USA EL BICARBONATO
Conocido como bicarbonato sódico o sal de Vichy, todos hemos escuchado los innumerables beneficios del bicarbonato de sodio no solo para remedios caseros sino también en las diversas labores del hogar. El bicarbonato de sodio es una especie de sal compuesta, conocido en el universo químico como un agente neutralizante, ya que ayuda a disminuir la alcalinidad o la acidez de otras sustancias cuando entra en contacto. Por esta razón, el bicarbonato de sodio es el producto ideal para una limpieza profunda.
Al ser una sustancia con un gran poder disolvente, lo puedes emplear fácilmente para quitar el quemado de la olla. Para esto es aconsejable disolver un poco de bicarbonato en un bowl y formar una pasta con el bicarbonato, déjalo actuar por unos minutos y luego lava de nuevo la olla.
Hay quienes también prefieren utilizar el bicarbonato con agua caliente. Llenas la olla con agua con 2 cucharadas de bicarbonato y dejar al fuego por 10 minutos. Retiras la olla, déjala enfriar y lávala como lo haces habitualmente, de esta forma será más sencillo retirar los residuos que están pegados a la olla.
3. CUIDADO CON LA ESPONJILLA
Cuando tenemos una olla con el fondo muy quemado, una esponjilla metálica siempre será una buena opción, el problema es que rayará tu olla, lo mejor es utilizarla en ollas de acero inoxidable, hierro, cobre, barro o aluminio, en cacerolas o sartenes que no tengan ningún recubrimiento antiadherente o un esmaltado de color que termine estropeándose con la esponjilla metálica o abrasiva.
Si tus ollas tienen algún recubrimiento de teflón, lo mejor es utilizar una esponjilla suave y si necesitas quitar elementos pegados que no salen con la esponjilla, frota con utensilios como cucharas o espátulas de madera o plástico.
4. LIMÓN
La misión será dejar todas tus ollas relucientes y que parezcan nuevas, así que vamos a agotar hasta el último recurso para lograrlo. Si después de quitar los residuos sólidos sigues viendo manchas desagradables, corta un limón por la mitad y frótalo sobre la zona que deseas limpiar. Repite este proceso con la esponjilla y de nuevo con el limón hasta que tengas una superficie limpia y brillante.
5. VINAGRE NO SOLO ES PARA LA ENSALADA
El vinagre ahora será tu favorito, no solo para cocinar sino para todas las labores en casa. La composición del vinagre a base de ácido acético se convierte en un producto adecuado, económico y muy eficaz para limpiar, siendo un excelente producto natural sin químicos o elementos tóxicos.
El vinagre es un producto natural que surge de cualquier líquido que contenga alcohol, puede ser tinto o blanco; y de frutas como las manzanas, uvas, frambuesas, plátano etc. Su composición ácida, ayuda a desintegrar las manchas que aparecen tras cocinar en ollas y sartenes provocados por alimentos quemados o carbonizados en ellas.
Si quieres limpiar tu olla con vinagre se recomienda utilizar el vinagre blanco, para esto cubre el área que deseas limpiar, agrega media taza de vinagre y déjalo hervir por algunos minutos. Retira la olla de la estufa, deja que se enfríe y lávala como acostumbras a hacer los con agua y detergente. Recuerda que el olor del vinagre es muy fuerte, así que lava muy bien la olla.
llévala de nuevo a la estufa. Retira la olla cuando el vinagre y el agua hiervan
6. SAL, UN MINERAL EFICAZ
La sal es otro ingrediente estrella en la cocina y que también es el protagonista en la limpieza. La sal especialmente la gruesa tiene un efecto abrasivo siendo excelente para quitar las quemaduras en ollas y sartenes. Al lavarlas las ollas mezcla 3 cucharadas de sal con el detergente que acostumbras a usar y agua caliente, espera aproximadamente 3 minutos o hasta que el agua tenga un color oscuro. Retira la olla del fuego, remueve los residuos secos y limpia con la esponjilla.
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TEN EN CUENTA EL MATERIAL DE LA OLLA
Algunas de las anteriores recomendaciones funcionará para las ollas que tengas en casa, pero antes de aplicarlo, debes tener en cuenta el tipo de material con el que está hecho y si debes tener un cuidado extra para no estropearla.
OLLAS DE COBRE
Las ollas de cobre son las favoritas de muchos, ya que su material contribuye a distribuir uniformemente el calor por toda su superficie, sin embargo, se ha demostrado que el cobre libera partículas metálicas que terminan en los alimentos cuando entra en contacto con alimentos ácidos.
Así que cuando quieras limpiar tu olla de cobre, la próxima vez límpiala con un poco de sal, una esponjilla suave y abundante agua caliente.
OLLAS DE HIERRO
Las ollas de hierro fundido son muy resistentes, al ser piezas únicas, sin uniones, ni mangos adheridos separables. El hierro al ser un material poroso no es resistente al agua, siendo el agua el responsable de su oxidación. Siendo en este caso la sal la mejor opción para limpiar las ollas de hierro, su poder de absorción de impurezas es ideal, por lo que se recomienda cubrir el fondo con sal gruesa, se calienta y se va revolviendo hasta que empiece a tomar un color oscuro, después de este proceso, retira la olla del fogón, espera que se enfrié y lava con la esponjilla y sécala muy bien.
Para este tipo de material recomiendan “curar la olla”, para protegerla y crear una película antiadherente, este proceso se realiza antes de su primer uso, para esto se debe lavar y secar muy bien con una toalla absorbente y untar toda la superficie con aceite y llevar al horno por unos minutos, de esta forma se protege el hierro, no se oxida y conservará sus propiedades.
OLLAS DE ACERO INOXIDABLE
Las ollas de acero inoxidable no pueden faltar en cualquier cocina, son reconocidas por su durabilidad y resistencia al desgaste, no absorber olores ni sabores y la versatilidad al permitirnos cocinar todo tipo de preparaciones en ella.
Para tener tus ollas de acero inoxidable siempre brillantes en tu cocina, un tip es que cuando termines de cocinar, no dejes el guisado o el estofado dentro, guarda el contenido en un recipiente y almacénalo. Si dejas que entre en contacto por un tiempo prolongado, las sales y los ácidos de los alimentos puede deteriorar la capa protectora del acero y terminar dañando tu olla.
Retira el contenido de la olla y lávala con un poco de agua y vinagre con una esponjilla suave, no utilices materiales punzantes, cepillos de cerdas abrasivas o esponjas metálicas que terminarán rayando tu olla.
Aplica todos estos consejos y cuando tengas otro leve descuido en la cocina, ya sabrás como salir con éxito de este mal momento.